sábado, 22 de septiembre de 2012

VIERNES SANTO


Ziribulla, Ziribulle
por mis venas fluye.
Sangre compartida,
sangre enriquecida.
Cada Viernes Santo 
al amanecer,
todos unidos se nos puede ver.
Y cuándo cierro los ojos,
los puedo ver,
desde una ventana sonriéndome.
Desde que salimos
los puedo sentir,
todo el camino acompañándome.

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